El espacio público perdió usuarios, nos preocupamos los estudiantes, se preocupan los arquitectos, se preocupan los sociólogos, -es que la gente no sale-, la calle (atemorizante) va estando cada vez más sola.
Si salen se quedan en el mundo global del shopping, gastando, comiendo, consumiendo, getting fat, fast fat. El tiempo pasa con este andar y algunos pocos todavía creen en el ser urbano.
Que será de esta juventud, de los nuevos tiempos, ¿Que será?.
Es que hasta la urbanidad perdió contenido, ya la ciudad dejó de ser donde las cosas pasan. La "realidad virtual" ( si es que existe otra realidad) ha tomado partido y como dice el eslogan de la Universidad esa de la propaganda en el Subte: Tu vida es tanto online como offline.
La vitalidad del espacio publico, y su guerra jurada contra el espacio cerrado dejo de ser tal, el espacio público mutó, el espacio público está en tu personal computer, es la red social. Reproduce las mismas formas de comunicación e interacción social que la plaza pero sin mal olor y con quien se quiere ver.
Me gusta ser el relegado de esta época, esos que se sientan en la plaza, y trotan, y les gusta todavía ver a los ojos al interlocutor. La forma de ser moderno es rescatar esas herramientas.
Rocío Zanier
como dejan entrar politeístas a la universidad
Y la tierra es lo rugoso...²
Estoy empantanada, más bien a la deriva, en el dilema que implica saberme divorciada de la 'modernidá', en cuanto progreso prepotente sobre lo preexistente, y a la vez hija de la fibra óptica y el siglo de plástico.
...y sin tener por encuanto un rinconcito de lenguaje en el que encuentre esa raíz esquiva que me constituye, a mí y a los de mi generación.
Si pudieramos al menos refugiarnos en la dulce patria guaraní, en el profundo saber aymara, en una precisa concepción galesa...Cualquier refugio tentativo en una cosmovisión íntegra redunda en la sensación de saberme fruto de una cultura en crisol batida con minipimer.
Lo amorosamente humilde y despojado, lo jugoso y lo barroco, las huellas del colono arraigado y del imperio desnutrido, el todo dinámico de la ciudad bombardeándome el alma y los ojos. La cabeza tentando acompañar...
Con esperanza intento abrazar la rugosidad, como genuina expresión de la diversidad que nos mantiene cohesionados, unidos como comunidad polimorfa. Bicho de mil cabezas y cada una habla en su propio idioma..
Este malambo en el hacer aflora, las manos temblorosas se cristalizan en el dibujo y ahí queda evidenciada la genuína nebulosa cultural en la que viscosamente flotamos muchos jóvenes ciudadanos.
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| proyecto Azul, área rural - Centro de promoción tecnológica |
Diálogo entre ¹ F. Nietzsche, Ecce homo y ² C.Caveri, Mirar desde aquí.
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